Promoviendo Cabildos y Asambleas para Niños, Niñas y Adolescentes

A partir de la crisis social y política de nuestro país, se han comenzado a generar diversos esfuerzos orientados a la articulación de espacios de encuentro, contención y diálogo con el propósito de delinear propuestas para construir un mejor país para todas y todos, a través de un trabajo colectivo.

Somos testigos como, en medio del conflicto y desde la intimidad de la vida cotidiana, se van hilvanando conversaciones y prácticas que no siempre son visibilizadas. Por lo mismo, nos parece relevante propiciar el reconocimiento y la posibilidad de compartir con otros, a través de espacios colectivos que promuevan la escucha, el diálogo y la reflexión.

Las asambleas ciudadanas y los cabildos, surgen como espacios de conversación social, autoconvocados, para dialogar sobre las demandas y propuestas provenientes de la propia ciudadanía que busca producir, lo que hemos denominado como nuevo pacto social.

En este proceso, consideramos fundamental incorporar la voz y la participación de niños, niñas y adolescentes. Escuchar su voz, lo que sienten y expresan, es el punto de partida para comprender lo que necesitan y desde ahí, generar procesos participativos que puedan producir transformaciones en sus espacios de vida cotidiana y hacer efectivo el ejercicio de sus derechos.

La participación es un derecho fundamental de todos los niños, niñas y adolescentes. El artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño estipula que los Estados deben garantizar que el niño esté en condiciones de formarse un juicio propio, así como el derecho a expresar libremente su opinión sobre las situaciones que les afecten, teniéndose en cuenta las opiniones del niño en función de su edad y madurez.

Permitir que los niños, niñas y adolescentes se involucren en decisiones que les afectan, es un reconocimiento inherente de la dignidad humana. También es una forma de cumplir otros derechos, como proteger y asegurar que las políticas públicas respondan a sus necesidades y prioridades, siendo pertinentes a sus contextos de vida, que suelen ser diversos y plurales, como por ejemplo, para el caso de niños y niñas indígenas, o para quienes viven en zonas rurales y urbanas. Cada realidad nos pone el desafío, que los derechos de niños y niñas sean garantizados considerando esas propias particularidades.

La presente guía es una invitación a promover espacios de encuentro y participación para niños, niñas y adolescentes, a través de un proceso que los reconozca como sujetos de derecho, favoreciendo la expresión de sus experiencias, necesidades y opiniones, siendo su punto de vista, el marco de referencia que guíe la toma de decisiones, que luego los adultos y adultas, tomarán en su representación.

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